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lunes, 27 de junio de 2011

Síndrome de muerte súbita

¿Puedo quedarme con sus juguetes? le preguntaste a tu madre mientras te sorbías los mocos y enjugabas tus lágrimas con un pañuelo. Claro que sí, cariño, contestó tragando saliva y también con los ojos húmedos. Te abrazó, te besó en la cabeza y salió del dormitorio.
La expresión de tu cara cambió cuando te quedaste solo. En ella se dibujó una sonrisa aviesa y cómplice mientras mirabas la almohada azul que había sobre la cama.

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