Ella se marchó dando un portazo y el corazón de él estalló. La explosión se llevó por delante todos sus sentimientos y emociones. Con los pies pegados al suelo, miraba sin ver la puerta cerrada.
Ella volvió a entrar apresuradamente, y llorando se arrojó en sus brazos pidiéndole perdón. Le besó apasionadamente como nunca en su vida. Él no respondió. Cuando sus bocas se separaron, la miró con una sonrisa extraviada y la baba resbalándole por la comisura. Ya sólo quería comer y dormir.
Este micro siempre me ha gustado
ResponderEliminar:)
Rosana
Gracias Rosana.
ResponderEliminarYa lo sabía. Fue uno de los que me publicaste en tu blog.
Un saludo.