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jueves, 12 de enero de 2012

¿Cobardía o generosidad?

Al diablo no le puedes pedir bondades, ni a mí que te quiera. Con estas palabras terminaba el correo electrónico que Miguel le envió a Pilar. Cerró el ordenador y sacó a su perro a pasear. Esa mañana, el sol brillaba en un cielo sin nubes. Cojeaba al caminar, y a menudo se llevaba la mano a la espalda con un gesto de dolor en la cara. Pararon sobre un puente desde el que se contemplaba un paisaje precioso. Miguel permaneció muy quieto, mientras miraba a lo lejos. Después, inspiró profundamente varias veces.
Solo sobre el puente, el perro aullaba con pena mirando al cielo.


2 comentarios:

  1. Hola Luis,
    Hacía días que no me ponía al día con los blogs amigos :-)
    Esta versión ha quedado mucho mejor, pero ¿sabes? aún te voy a hacer una pequeña anotación. Se te ha escapado una rimilla en Pilar-pasear-caminar que seguro que se arregla fácil.
    Un abrazo

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  2. Muchas gracias Rocío.
    Intentaré corregirla.

    Un abrazo.

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