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jueves, 3 de noviembre de 2011

La fuerza de la tierra,

Como tantas veces había hecho de niño, José puso una piedra en el tirachinas, tensó las gomas y apuntó. El proyectil salió disparado hacia el objetivo.
Manuel recogía almendras junto al río, hizo una pausa y se quitó la gorra para secarse el sudor. En ese instante una piedra impactó en su sien, el hueso crujió y su nariz chocó contra el suelo. Una mancha roja se extendía lentamente alredor de la cabeza.
Hace cuarenta años José y Manuel jugaban juntos en el patio del colegio, en la actualidad se matan por la linde de unas tierras.

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