Anoche soñé que me dejabas por un chico más joven que tú y, por supuesto, mucho más que yo. La escena, bajo esa neblina con la que se recuerdan los sueños en la vigilia. Creo que me dijiste que te ibas con él porque te hacía sentir viva, o algo por el estilo. Me besaste en la mejilla y saliste de la habitación.
Durante un tiempo no salí de casa, derrumbado en un sillón y sin comer apenas. Después me fui sintiendo mejor. Un día te presentaste delante de mí. Llorabas, me pedías perdón. El jovenzuelo te había abandonado y querías volver conmigo.
No sé cómo termina el sueño, porque me despertó el sonido de mis propias carcajadas.